REPORTAJE

Relax en la isla de Aix – Una joya en la Costa Atlántica Francesa

24 mayo 2020

Solo tres letras tiene esta pequeña isla del Atlántico: Aix.

“Lugar extraordinario de la naturaleza” es su calificación oficial. Os esperan un ambiente tranquilo, bosques, acantilados, playas, fortificaciones históricas y un pueblo idílico. Además seguiréis el rastro de Napoleón. Desde muchos lugares tendréis el mar a la vista y la brisa marina en la nariz.

A pie o en bicicleta

Encantador: Aquí el tráfico se reduce a lo absolutamente necesario, por ejemplo el camión de la basura y los bomberos. Los visitantes no pueden conducir aquí. Aix es muy fácil de descubrir: o a pie o con una bicicleta de alquiler. Hay montones de bicicletas disponibles. La alternativa de alquilar una carreta de caballos nos parece exagerada y muy turística.

Aix es una buena opción para una excursión de un día, por la mañana se llega allí con el ferri y se puede volver por la tarde. Es suficiente para verlo todo. En los meses de verano se puede pasar la noche en el Hotel Napoleón, en el único pueblo de la isla. En el fuerte Fort de la Rade, hay además un camping abierto de mayo a septiembre.

Si podéis elegir, os aconsejamos evitar los meses de julio y agosto. Ahí la isla puede estar abarrotada.

Ferris desde Fouras

En Fouras está la estación de ferri en la parte continental. Este pueblo costero cuenta con playas, alojamientos, campings, y una fortaleza del famoso arquitecto Vauvan. Si os gusta la consistencia viscosa os animamos a probar unas ostras antes de ir a la estación del ferri. Ésta está en la punta más alejada del centro. Simplemente seguid la señal “La Fumée”.

Gassen
En las calles del pueblo reina la tranquilidad; en verano, sin embargo, se llenan de gente

Una pequeña isla de solo 1,5 km²

Os damos algunas cifras sobre esta isla que en francés se llama Île d’Aix:

Se encuentra a cuatro kilómetros de distancia de Fouras: el ferri tarda entre 20 y 25 minutos en hacer el trayecto.

Aix mide aproximadamente 1,5 km²

La línea costera tiene 7,5 km

Los habitantes de la isla son aproximadamente 200.

Bastiones, bosques y praderas

Aix es plana, la forma física de la isla recuerda a un secador de pelo, o a un taladro. Puede que suene raro pero podéis comprobarlo vosotros mismos…

A la llegada con el ferri la isla nos recibe con sus bosques y murallas defensivas. El bastión histórico nos da la bienvenida directamente detrás del muelle. Justo detrás veréis la primera evocación a Napoleón en forma de una pequeña estatua. Después se abren las praderas hasta llegar al pintoresco pueblo. También están a la vista desde aquí los, curiosamente, dos faros que tiene esta isla.

Encanto rural

El pueblo se compone de unas pocas calles a lo largo y a lo ancho. Mires a donde mires hay un buen motivo para una foto. Las casas son bajas y tienen la madera de sus contraventanas pintada en distintos colores, rojo oscuro, ocre, azul, turquesa. Delante de algunas casas hay bicicletas con pequeños remolques. Hay pequeños comercios, restaurantes y una iglesia. En ella cuelga una maqueta de barco del techo.

Tras las huellas de Napoleón

El que antiguamente fue el palacio del comendador en el pueblo, es hoy en día el Museo de Napoleón. Napoleón Bonaparte (1769-1821) llegó derrotado a Aix el 12 de julio de 1815. Acababa de vivir su derrota en Waterloo. En la noche del 14 al 15 de julio continuó su exilio, ésta vez rumbo a la isla de Sta. Helena, en el Atlántico Sur donde finalmente murió.

Napoleón fue en aquellos tiempos la causa de la desgracia para millones de personas. Sin embargo en Francia y también en Aix, ésta parte a menudo se oculta. Aquí, de hecho, se puede leer: En recuerdo “a nuestro emperador inmortal” y además con tres signos de exclamación. En el interior continúa la exaltación. Por esa razón nombramos el museo con muchas reservas. Nada recomendable para los pacifistas. Aquí podréis ver a Napoleón en figuras de porcelana, tarjetas postales, en pinturas. Incluso se puede ver la cama de Napoleón.

La vuelta a la isla

Los caminos son cortos en Aix. Ya sea a pie o con la bici, nosotros aconsejamos la vuelta a la isla en el sentido inverso a las agujas del reloj. Importante: ir tan lejos como se pueda por los caminos exteriores. Detrás del pueblo se abre a mano derecha una bahía con la playa “Coquillages”. En el recorrido se pasa junto a algunas casas y un embarcadero para pescadores. Hay también criaderos de ostras y viñedos a pequeña escala.

Aprovecha para escuchar el sonido de las olas y de los pájaros por el camino. El viento mueve los pinos, los cipreses y los arbustos de retama.

En el Noroeste llegamos a la Playa Bebé (Baby Plage) cerca de una fortificación, el Fort Liedot. La costa en el Norte tiene acantilados, mientras que en el Oeste os espera la Gran Playa (Grande Plage). Desde este punto ya no queda mucho para llegar de vuelta al pueblo.

Relax en Aix significa también sentir la cara tostándose a la luz del sol, sentir el viento y la sal en la piel. Simplemente maravilloso.

Bank
Aquí seguro que os gustaría sentaros, ¿no...?